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El Esteco Chañar Punco 2012. La llegada de un flamante vino del Valle Calchaquí reconfigura el mapa de la región y eleva el nivel de la vitivinicultura argentina.
La Argentina del vino es grande y bien conocida por el consumidor informado. Sin embargo, todavía ofrece algunos rincones desconocidos que plantean la posibilidad de dar con un diamante en bruto. La llegada de un nuevo vino desde el norte, El Esteco Chañar Punco 2012, apunta en esa dirección: la irrupción de un paraje ignoto al sur del Valle Calchaquí, que rediseña la alta gama en el noroeste argentino y complementa al ya de por sí único terroir de Cafayate.
Elaborado con uvas del viñedo Chañar Punco, plantado hace 20 años en el paraje de igual nombre, unos 80 kilómetros al sur de Cafayate, el nuevo vino ofrece un perfil singular. ¿La razón? "Proviene de una combinación de parcelas de Malbec y Cabernet Sauvignon plantadas en tipos de suelo diferentes, lo que le confiere a cada uva un carácter especial", describe el enólogo de Bodega El Esteco, Alejandro Pepa.
"El vino nació de la búsqueda constante por hallar componentes cualitativos para vinos de corte como Altimus", el vino ícono de El Esteco. Año tras año, el equipo de enología descubría ejemplares distintivos a la hora de crear cada uno de los blends de la bodega y, para su sorpresa, se trataba frecuentemente de algunos Malbec y Cabernet Sauvignon de Chañar Punco. Fue en la última década que tomaron la decisión de comprender cuál era la causa de ese carácter particular y atractivo, comenzando a investigar el viñedo al detalle.
El ingeniero agrónomo de Bodega El Esteco, Francisco Tellechea, fue el responsable del estudio. Realizaron mapeos de suelo y estudiaron los cuarteles hasta dar con un puñado de parcelas que reunían condiciones únicas. "Por ejemplo, las parcelas 73 y 74 ofrecían un potencial sorprendente de Malbec", explica Tellechea. Al estudiar el suelo, encontraron material calcáreo, con aportes de rocas y minerales metamórficos, como el gneis y el granate, que podría ser la clave de ese diferencial.
Con los resultados de los primeros estudios de suelo, la bodega se abocó a producir las parcelas por separado. "Las fermentamos en barricas de roble con un porcentaje de grano entero, para potenciar ese carácter distintivo, y luego de 18 meses de crianza, armamos un corte con los vinos resultantes", explica el enólogo.
El resultado: solo 15 barricas de un corte opulento y fragante al mismo tiempo, que ofrece un tanino fino y delicado, paso caudaloso y lleno de sabor que, con su llegada a las vinotecas más exclusivas, supone la inauguración de una nueva y prometedora región al sur de Cafayate.
La nueva zona
Los Valles Calchaquíes son una de las principales indicaciones geográficas de Argentina, con Cafayate como epicentro. No tanto por la extensión de viñedo —que es más bien reducida—, sino por lo cualitativo de sus vinos: representa menos del 2% del vino argentino y es tan reconocido como Luján de Cuyo o Valle de Uco a nivel mundial. La razón hay que buscarla en que ofrece vinos únicos, difícilmente olvidables.
La presentación de El Esteco Chañar Punco 2012 se inscribe en esa línea y viene a poner en el mapa de los valles un nuevo rincón de prestigio. Hasta ahora, hay un solo viñedo cultivado en la zona: 278 hectáreas que cubren un frente de 4 kilómetros de largo y plantadas sobre cuatro conos aluviales, lo que garantiza una variedad notable de suelos y estilos de vino.
"Con nuestra ingeniería aplicada al terroir —describe Francisco Tellechea—, aprendimos que las parcelas cualitativamente excepcionales provenían de suelos distintos: calcáreos para el Malbec; pedregosos y ricos en limo y arena para el Cabernet Sauvignon. Este es un dato clave, porque la característica de los suelos calchaquíes es la heterogeneidad, por lo que hay que trabajar el detalle".
De modo que El Esteco Chañar Punco 2012 es el resultado de esa exquisita y única combinación que reúne un terroir único y expertise enológico. "Estamos orgullosos de presentar al mismo tiempo un gran vino y una nueva zona —se entusiasma Alejandro Pepa—. Estamos convencidos de que llegaremos lejos con Chañar Punco. Este es solo el comienzo".
http://www.clarin.com/sociedad/nuevo-terroir-desafia-vino-gama_0_1473453098.html
Elaborado con uvas del viñedo Chañar Punco, plantado hace 20 años en el paraje de igual nombre, unos 80 kilómetros al sur de Cafayate, el nuevo vino ofrece un perfil singular. ¿La razón? "Proviene de una combinación de parcelas de Malbec y Cabernet Sauvignon plantadas en tipos de suelo diferentes, lo que le confiere a cada uva un carácter especial", describe el enólogo de Bodega El Esteco, Alejandro Pepa.
"El vino nació de la búsqueda constante por hallar componentes cualitativos para vinos de corte como Altimus", el vino ícono de El Esteco. Año tras año, el equipo de enología descubría ejemplares distintivos a la hora de crear cada uno de los blends de la bodega y, para su sorpresa, se trataba frecuentemente de algunos Malbec y Cabernet Sauvignon de Chañar Punco. Fue en la última década que tomaron la decisión de comprender cuál era la causa de ese carácter particular y atractivo, comenzando a investigar el viñedo al detalle.
El ingeniero agrónomo de Bodega El Esteco, Francisco Tellechea, fue el responsable del estudio. Realizaron mapeos de suelo y estudiaron los cuarteles hasta dar con un puñado de parcelas que reunían condiciones únicas. "Por ejemplo, las parcelas 73 y 74 ofrecían un potencial sorprendente de Malbec", explica Tellechea. Al estudiar el suelo, encontraron material calcáreo, con aportes de rocas y minerales metamórficos, como el gneis y el granate, que podría ser la clave de ese diferencial.
Con los resultados de los primeros estudios de suelo, la bodega se abocó a producir las parcelas por separado. "Las fermentamos en barricas de roble con un porcentaje de grano entero, para potenciar ese carácter distintivo, y luego de 18 meses de crianza, armamos un corte con los vinos resultantes", explica el enólogo.
El resultado: solo 15 barricas de un corte opulento y fragante al mismo tiempo, que ofrece un tanino fino y delicado, paso caudaloso y lleno de sabor que, con su llegada a las vinotecas más exclusivas, supone la inauguración de una nueva y prometedora región al sur de Cafayate.
La nueva zona
Los Valles Calchaquíes son una de las principales indicaciones geográficas de Argentina, con Cafayate como epicentro. No tanto por la extensión de viñedo —que es más bien reducida—, sino por lo cualitativo de sus vinos: representa menos del 2% del vino argentino y es tan reconocido como Luján de Cuyo o Valle de Uco a nivel mundial. La razón hay que buscarla en que ofrece vinos únicos, difícilmente olvidables.
La presentación de El Esteco Chañar Punco 2012 se inscribe en esa línea y viene a poner en el mapa de los valles un nuevo rincón de prestigio. Hasta ahora, hay un solo viñedo cultivado en la zona: 278 hectáreas que cubren un frente de 4 kilómetros de largo y plantadas sobre cuatro conos aluviales, lo que garantiza una variedad notable de suelos y estilos de vino.
"Con nuestra ingeniería aplicada al terroir —describe Francisco Tellechea—, aprendimos que las parcelas cualitativamente excepcionales provenían de suelos distintos: calcáreos para el Malbec; pedregosos y ricos en limo y arena para el Cabernet Sauvignon. Este es un dato clave, porque la característica de los suelos calchaquíes es la heterogeneidad, por lo que hay que trabajar el detalle".
De modo que El Esteco Chañar Punco 2012 es el resultado de esa exquisita y única combinación que reúne un terroir único y expertise enológico. "Estamos orgullosos de presentar al mismo tiempo un gran vino y una nueva zona —se entusiasma Alejandro Pepa—. Estamos convencidos de que llegaremos lejos con Chañar Punco. Este es solo el comienzo".
http://www.clarin.com/sociedad/nuevo-terroir-desafia-vino-gama_0_1473453098.html
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