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. (Foto: Archivo )
Además de aportar nutrientes, el aceite de oliva es delicioso
y dependiendo de su origen puede aportar diferentes aromas y sabores
El aceite de oliva proviene de las aceitunas, de las cuales se desprenden tres partes: la grasa, el alpechín (formado por agua, sustancias solubles y un poco de grasa) y el orujo (restos sólidos). También se puede obtener del hueso o almendra que se encuentra en el interior de la aceituna. Si ésta es muy tierna, el color será más verde y el sabor será más ácido y astringente. No obstante, si tiene mayor madurez, el color será más amarillo y el sabor afrutado y dulce.
De acuerdo con la nutrióloga Cecilia García, este aceite aporta ácido oleico, Omega 3, que eleva los niveles de colesterol bueno, vitamina E y antioxidantes. Esto significa que ayuda a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y de obesidad, entre otras.
Cuál elegir
Existen cuatro tipos de aceite de oliva: simple, de orujo, virgen y extra virgen. Todos aportan los mismos beneficios nutrimentales, pero dependiendo de su lugar de origen y las condiciones de producción pueden aportar sutilmente diversos aromas y sabores. Desde frutas y hierbas, hasta jitomate, espárragos, plátano verde y pasto recién cortado.
“De una manera comparable con una cata de vinos, el sabor del aceite varía según la clase del fruto donde se obtiene desde un aceite suave y afrutado de la aceituna Arbequina hasta un sabor robusto y picoso de la aceituna Koroneiki. El rango es tan amplio que se puede adaptar al gusto de cada paladar”, explica Luca Dempster, director de Olio Fino.
“Más allá que los ricos sabores que un buen aceite agrega a la cocina, los expertos catadores indican que es imprescindible consumir un aceite de oliva extra fresco y auténtico para gozar de los beneficiosos que da a la salud. Lo importante es aprender a reconocer el sabor y aroma característico, lo cual se aprende y aprecia a través de una cata”, agrega.
Aprende a reconocer un buen aceite
Los países donde tradicionalmente se produce aceite de oliva son España, Italia y Grecia, aunque actualmente también se elabora en países como Australia, Chile y Perú, y en otras naciones en menor cantidad.
La recomendación del experto para comenzar a conocer el aceite de oliva es probarlo solo, de la misma manera que un vino: observar el color, oler e identificar sus aromas y por último, llevarlos a la boca; ahí lo más importante es que no dejen sensación grasosa. “A pesar de que es aceite no dejan un mal sabor o grasa; después ya se pueden probar con alimentos y encontrar la combinación perfecta.
Cabe agregar que en la ciudad de México existen Tasting Rooms con más de 20 variedades de aceites de oliva extra virgen e infusionados con sabores naturales.
Por ejemplo, las variedades son: naranja, chipotle o albahaca; aceites gourmet como trufas negras y nueces. “Ahí se pueden descubrir las diferencias y tener una experiencia gourmet”, concluye la experta en aceite de oliva con amplia experiencia en el ramo alimenticio.
El aceite de oliva proviene de las aceitunas, de las cuales se desprenden tres partes: la grasa, el alpechín (formado por agua, sustancias solubles y un poco de grasa) y el orujo (restos sólidos). También se puede obtener del hueso o almendra que se encuentra en el interior de la aceituna. Si ésta es muy tierna, el color será más verde y el sabor será más ácido y astringente. No obstante, si tiene mayor madurez, el color será más amarillo y el sabor afrutado y dulce.
De acuerdo con la nutrióloga Cecilia García, este aceite aporta ácido oleico, Omega 3, que eleva los niveles de colesterol bueno, vitamina E y antioxidantes. Esto significa que ayuda a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y de obesidad, entre otras.
Cuál elegir
Existen cuatro tipos de aceite de oliva: simple, de orujo, virgen y extra virgen. Todos aportan los mismos beneficios nutrimentales, pero dependiendo de su lugar de origen y las condiciones de producción pueden aportar sutilmente diversos aromas y sabores. Desde frutas y hierbas, hasta jitomate, espárragos, plátano verde y pasto recién cortado.
“De una manera comparable con una cata de vinos, el sabor del aceite varía según la clase del fruto donde se obtiene desde un aceite suave y afrutado de la aceituna Arbequina hasta un sabor robusto y picoso de la aceituna Koroneiki. El rango es tan amplio que se puede adaptar al gusto de cada paladar”, explica Luca Dempster, director de Olio Fino.
“Más allá que los ricos sabores que un buen aceite agrega a la cocina, los expertos catadores indican que es imprescindible consumir un aceite de oliva extra fresco y auténtico para gozar de los beneficiosos que da a la salud. Lo importante es aprender a reconocer el sabor y aroma característico, lo cual se aprende y aprecia a través de una cata”, agrega.
Aprende a reconocer un buen aceite
Los países donde tradicionalmente se produce aceite de oliva son España, Italia y Grecia, aunque actualmente también se elabora en países como Australia, Chile y Perú, y en otras naciones en menor cantidad.
La recomendación del experto para comenzar a conocer el aceite de oliva es probarlo solo, de la misma manera que un vino: observar el color, oler e identificar sus aromas y por último, llevarlos a la boca; ahí lo más importante es que no dejen sensación grasosa. “A pesar de que es aceite no dejan un mal sabor o grasa; después ya se pueden probar con alimentos y encontrar la combinación perfecta.
Cabe agregar que en la ciudad de México existen Tasting Rooms con más de 20 variedades de aceites de oliva extra virgen e infusionados con sabores naturales.
Por ejemplo, las variedades son: naranja, chipotle o albahaca; aceites gourmet como trufas negras y nueces. “Ahí se pueden descubrir las diferencias y tener una experiencia gourmet”, concluye la experta en aceite de oliva con amplia experiencia en el ramo alimenticio.
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