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Kit casero para disfrutar del vino sin gastar mucho

Fuente: RaqueLiquida Blog.

La semana pasada hablé del servicio de vino fuera de casa, pero hoy prefiero dedicarme al hogar. En casa, con amigos, con la pareja o en solitario, uno puede disfrutar del vino como el que más. Y dado que seguimos (¿hasta cuáaando?) en crisis, el comprar un vino que nos guste y consumirlo en casa, ahorrándonos los dinerillos que nos gastaríamos de pedirlo en un restaurante (junto con tooodo el placer que conlleva que un buen sumiller te recomiende y te sirva unas buenas copas de vino, todo sea dicho), puede ser una estupenda opción para pasar una velada vinófila divertida y placentera.


Vale, pues nos compramos una (o dos) botellitas de vino. Sí, pero… ¿y el resto? Porque claro, como he dicho otras veces conservar y servir un vino no es de lo más sencillo del mundo… Bien, como tampoco tiene mucha complicación y si uno se esmera un poco puede conseguirlo sin gastarse muchas perras, os voy a dar una serie de consejitos (sí, consejitos, aunque en el ámbito de la moda ahora se llaman “tips”, pero a mí eso me recuerda al humorista alto y de bigote que siempre bebía cerveza y era un tipo adorablemente surrealista). ¿Consejitos para qué? Pues para tener a mano todo lo que hace falta cuando uno quiere servirse BIEN el vinito en casa.

He comprado el vino pero no me lo voy a tomar ahora. ¿Dónde lo guardo?Buena pregunta. Como los consejos que pongo aquí son para quienes aún no tenéis, o ni siquiera pensáis en tener, colecciones de vino amplias, lo ideal, si no vais a tenerlo mucho tiempo, es guardarlo en el sitio de la casa más oscuro y que cambie menos de temperatura. Ah, y también, mejor tumbado que de pie porque así el corcho del tapón permanece húmedo y el vino no se oxida. Si prevéis tomarlo en unas horas, se permite frigorífico. Y si os hacéis con una mini colección de vinos y os sentís entusiasmados con ella, podéis iniciaros en la compra de una pequeña cava, especialmente diseñada para conservar vinos, y es ahí donde mejor están. Claro, una cava puede partir de los 90 euros, si es pequeña (seis u ocho vinos) hasta el infinito… y más allá.

Lo quiero fresquito, ¿qué hago? Otro de los instrumentos utilísimos, casi imprescindibles, para nuestro kit casero de vinofilia es una hielera. Cuando digo hielera me sirve recipiente grande donde meter una o dos botellas de vino junto a un montón de hielos y agua. Si sois de los que no tenéis mucho sitio para esos mastodontes (suelen ser grandes) un remedio útil es un cubo, que es muy feo pero arregla muy bien la papeleta, o la hielera que tengo yo en casa, que es hinchable y se guarda en cualquier armarito. El sistema de hielos y agua para enfriar tintos, blancos y espumosos es, en mi opinión, el mejor, el menos agresivo para el vino y el más eficaz después de la cava, que es principalmente para evitar que el vino cambie mucho de temperatura.
Esta hielera hinchable es de Koala y cuesta unos 14 eurosEsta hielera hinchable es de Koala y cuesta unos 14 euros, fue una de mis mejores compras de invierno porque me la puedo llevar a todos lados, incluso a las casas de amigos cuando ellos no tienen una.

Las copas, esenciales. Vamos eso no hace falta ni que os lo recuerde, ¿no? un buen juego de copas es vital para poder disfrutar del vino. Y cuando digo bueno, no me refiero a copas de lujo como las que usan los sumilleres y la gente muy experta (a mí me encantan pero son bastante carunas) sino copitas bien perfiladas y con material decente. Curiosamente, y aunque para una cena de etiqueta se pueden quedar un poco cortas, tengo en casa unas cuantas de… Ikea! Que me gustan mucho y además salieron baratísimas, a menos de un euro cada una. Si bebéis cava, sirven también las mismas que tengáis para el vino, aunque un minijuego de copas de cava, más alargadas, también son muy útiles para servir espumosos.un minijuego de copas de cava, más alargadas, también son muy útiles para servir espumosos.
Lo de las copas de vino es un mundo, pero unas sencillitas y bien perfiladas sirven para empezar. Eso sí, vasos NUNCALo de las copas de vino es un mundo, pero unas sencillitas y bien perfiladas sirven para empezar. Eso sí, vasos NUNCA

Si ya os da un punto más friki podéis subir el nivel y desembolsar algunos eurillos más en copas más adecuadas. Yo tengo unas Mikasa Oenology que rondan los siete euros. Pero ya os digo que las de Ikea salvan la papeleta fenomenalmente. Cuando empecéis a cogerle el gustillo a lo de catar y servir el vino en copas distintas os entrarán ganas de experimentar y elegir la que más se adecue a los vinos que soléis tomar.

El vino habrá que abrirlo… Pues sí. Es lo que tienen las botellas, que vienen cerradas y es parte de su encanto adentrarse en la “liturgia” de abrir un vino. Salvo los jereces y algunos vinos generosos que vienen con tapón de rosca, y los espumosos que tienen tapones sujetos por una malla o alambre y se abren con la mano, se necesita impepinablemente un sacacorchos. A ser posible, de los que tienen un accesorio para cortar la cápsula (el metal que recubre la parte superior de la botella). Un apunte: la cápsula se corta SIEMPRE por debajo del gollete, que es esa especie de anillo de vidrio que está en la parte de la botella pegada a la boca, y que es siempre un poco más ancha). Esto se hace así para evitar que el metal de la cápsula pueda, si se hace virutitas, caer al vino y fastidiarlo. Un sacacorchos de lo más digno puede costar unos seis eurillos.
Mi sacacorchos de cabecera. Fue un regalo de un fabricante y le tengo un cariñoooo...Mi sacacorchos de cabecera. Fue un regalo de un fabricante y le tengo un cariñoooo…

¡Que el vino goteaaa! Esa es una de las situaciones más incómodas de servir el vino cuando uno no es muy diestro, que gotea y si es tinto, nos fastidia el mantelito de hilo de la cena. Pero afortunadamente existen unos circulitos mágicos llamados DropStop que se enrollan y se meten en el cuello de la botella y… ¡el vino deja de gotear cuando se sirve! A mí me han evitado un montón de manchas. Cuesta en torno a los dos o tres euros y encima los hay con estampados muy originales, se pueden reutilizar y no ocupan absolutamente NADA de sitio.
¿Veis el DropStop? Si hasta da un punto estilizado a la botella...¿Veis el DropStop? Si hasta da un punto estilizado a la botella…

Decantarlo, airearlo… Aunque sobre lo de decantar o airear el vino hay quien tiene verdaderas teorías acerca de cuáles y cuáles no, cuánto tiempo y demás, el decantador, además de ser una jarrita preciosa (a mí me gusta, oye) es útil para oxigenar de una vez un vino y permitir que se “abra”, que expreses mejor sus aromas y sabores. Esto suele hacerse con vinos viejos y con mucho tiempo de crianza en barrica. Eso sí, cuando lo pongáis en el decantador, no volquéis la botella de golpe, hacedlo poco a poco y suavemente, para que el vino caiga sin golpearse en el fondo y se airee al trasvasarlo. No voy a contaros la ceremonia completa de decantación porque no quiero que os durmáis. Un decantador decente puede rondar los 30 euros y podéis pedirlo como regalo de cumpleaños…

Me ha sobrado vino, ¿qué hago con él? Buena pregunta. Normalmente el vino no aguanta mucho en óptimas condiciones una vez abierto. Pero no somos catadores expertos, sino disfrutadores, y tampoco estamos para tirar vino por el desagüe, así que hay inventos asequibles y muy socorridos para poder tomarnos el vino que nos ha sobrado el día siguiente. Eso sí, no conviene guardarlo muchos días porque, definitivamente, se estropeará sin remedio. Pero hay pequeñas bombitas que extraen el aire que entra en la botella cuando se tapa de nuevo y ayudan a conservarlo un tiempo prudencial (dos o tres días como mucho) para poder volver a tomarnos una copilla si nos sobró el día anterior. Aunque suene raruno decirlo, pero ¡benditas bombas! Dependiendo del modelo, las hay desde los siete u ocho euros.

Esta es mi bombita de vacío para vino, que uso eventualmente porque suelo acabarme las botellas... no seáis mal pensados, me las acabo porque bebo más a menudo en compañía.Esta es mi bombita de vacío para vino, que uso eventualmente porque suelo acabarme las botellas… no seáis mal pensados, me las acabo porque bebo más a menudo en compañía.
Resumiendo, que por una módica inversión pecuniaria, podemos hacernos con un kit de vinófilos para disfrutar en casa. Porque de eso se trata, ¿verdad?

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