Frank´s: lujo al fondo del callejón

En un rincón de Palermo, y homenajeando el espíritu de los speakeasy, abrió Frank's. Entrada oculta, un sex shop para llevarse algo antes de salir, familias de cócteles y una hermosa barra para sentarse a beber y brindar antes y después del fin de año.


La famosa Ley Seca (ley que prohibía la venta de alcohol en EE.UU., que en la mayoría de los estados norteamericanos duró de 1920 a 1933) tuvo muchas consecuencias en el modo y la estética del beber. Una de ellas fue la aparición de bares bares ocultos y clandestinos, muchas veces ubicados detrás de un negocio de otro rubro, al que se entraba con alguna clave o contraseña. Estos bares se conocían como speakeasy. También aparecieron los llamados Blind Pig, mismo espíritu y forma, aunque para gente más humilde.

A casi 80 años del Repeal Day (el día que se dictó el fin de la prohibición), los speakeasy vuelven a estar de moda, aquí y en todo el planeta. ¿Por qué? Una interpretación es que, luego de la década del 90, algo histriónica y algo histérica, los bares a puertas cerradas, a los que llegaban solo los conocedores, generaron un espacio diferente, íntimo, para los amantes de las fórmulas clásicas, para los que no se preocupaban tanto por la ambientación del lugar. En nuestro país, sin dudas el mejor referente de este tipo de lugares surgió con la apertura de 878 (Thames 878), que creó un espacio diferente, fuera de los barrios de moda, a puertas cerradas y respetuoso de los cócteles clásicos, el servicio y la calidez. Que sea uno de los lugares preferido por gran parte de la comunidad gastronómica no es casualidad.

Hoy, a fines de 2010, tenemos la suerte de ver una nueva apertura que busca homenajear el estilo, estética y recetas de los speakeasy: Frank's. Nos pusimos nuestro traje de gángster, fuimos y te lo contamos.

Mi nombre está en la puerta

Frank´s está sobre la calle Arévalo, entre Cabrera y Niceto Vega, y sólo hay un pequeño cartel que lo señala. Pasando una puerta de metal, uno se encuentra con una cabina de teléfonos. Hay que entrar, levantar el tubo, marcar un número y decir la clave, similar sistema al del bar PDT de Nueva York. No creas que es difícil, siempre hay una manera de descubrir el número. Una puerta secreta se abre, y uno ya está en Frank´s. La entrada simula un alley, esos callejones que uno ha visto mil veces en películas de Nueva York o Chicago, patrias de los speakeasy. El bar está al fondo de ese callejón, aunque si uno quiere puede antes recorrer un sex shop ubicado a uno de los lados. Lencería, juguetes y esas cosas que tal vez sirvan para el final de una noche de copas.

Ya como parte del bar, un hermoso mueble hace de fondo de barra. Original y con más de 100 años de historia, sirve para que uno se ubique en el tiempo. La propuesta de cócteles fue creada por los jóvenes Ezequiel Rodríguez y Gastón Garat, y es un resumen de coctelería clásica, tragos de autor y, algo muy interesante, las familias de cócteles. Con sólo nueve de estos cócteles se puede entender el espíritu de la propuesta: entre los clásicos, Horses Neck (whiskey, Angostura, ginger ale y zest de limón, $35), White Lady (gin, triple sec, limón, azúcar y clara de huevo, $35) o el Gimlet (gin, lima y almíbar, $35). Entre los “Tragos de la casa”, Barbados Apple Punch (Ron especiado, sidra, reducción de vinagre de manzanas, $30), Repeal Day (gin, Hesperidina, pepino, pomelo rosado y almíbar de melocotón, $30) o Gregorio Indian Tonic (vermouth casero, mix de verdes & frutas, soda de jengibre, $30). Y entre las familias de cócteles, no podés dejar de probar un Cobbler (spirit o vino blanco, azúcar y frutas de estación, $35), un Punch (spirit, zumo de lima, azúcar, especias, soda o jugo de fruta, $35) o un Egg Nogg & Posset (spirit o vino fortificado, yema de huevo, leche y azúcar, $35). Por el momento, en Frank´s sólo hay tragos, pero pronto abrirá la cocina para una experiencia completa. Mientras tanto, podés ir entrando al callejón, al fondo, a beber como hace 80 años. Como siempre.

Frank's
Arevalo 1445
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POR Martín Auzmendi

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