En una de las esquinas más transitadas de Las Cañitas, Tilo ofrece un ambiente familiar y tranquilo, con una propuesta que abre desde el desayuno hasta la cena. Ya un clásico entre los vecinos, que es también buena opción para los que están de visita por el barrio.

Las Cañitas es un barrio siempre en ebullición. En menos de dos décadas nació, creció, cayó y volvió a renacer, todo en una dinámica intensa, sin pausa y que puede marear si uno no lo visita seguido.

En el tsunami de novedades y aperturas hay algunos pocos lugares que se mantienen, clásicos, propuestas que han logrado conquistar a los vecinos y le dan calidez al barrio. Tal es el caso de Tilo, un espacio fundado por Adolfo Díaz, quien se dedicó durante años a trabajar en actividades ajenas a la gastronomía, pero que mientras realizaba por curiosidad y diversión un curso de cocina con el Gato Dumas fue seducido para meterse de lleno entre ollas, fuegos, camareros y copas.

“Nunca me imaginé que iba a dedicar a eso”/b> cuenta y es fácil creerle, pese a que Tilo tiene ya seis años de vida y está realmente consolidado en el barrio, con una clientela compuesta por vecinos que se han hecho habitúes a los que se suman visitantes que buscan un lugar sencillo, tranquilo y cálido para un café, un encuentro laboral, una cita o una comida familiar entre semana. El nombre es por el árbol que está en la puerta, un tilo antiguo que da una sombra frondosa en la vereda, donde cuando el clima lo permite los visitantes se disputan las muy requeridas mesas.

“El lugar es discreto y honesto” dice Adolfo, y la carta de comida hace honor a sus palabras, con una variedad de platos que resume lo que uno siempre quiere tener a mano: carnes a la parrilla, pastas, pizzas y algunos sándwiches. Un todoterreno cumplidor, en el que se nota que le ponen esmero a la calidad en la producción, tanto en las pastas caseras como en la mousse que acompaña cada café o las pizzas. Hay desayunos, menú de mediodía, propuestas para el té y la carta principal para la noche, opciones para cada momento del día.

Al mediodía se puede comer por $34 un menú que puede venir con una empanada, una tarta de cebolla y queso con ensalada o unos crepes de espinaca con salsa scarparo, tiramisú y café, todo abundante y sabroso. La carta también ofrece desde clásicos como las milanesitas de pollo a la napolitana con guarnición ($33) hasta chipirones a la plancha sobre colchón de cebollas caramelizadas con ratatouille de vegetales y papas hervidas con oliva y perejil ($40), pasando por tagliatelle caseros con salsa de champignones con calabaza horneada y hojas de rúcula ($35). Para una comida simple hay también pizzas y hamburguesas caseras y el lugar tiene promociones especiales como las cenas con un 25% de descuento para grupos de amigos hombres (4 o más) que ofrece de martes a jueves, y en la que los comensales pueden llevar el vino.

Buena propuesta entre tanto restaurante que propone sólo noche de chicas y nada para los hombres. Para los vecinos (es decir, aquellos que viven en las ocho manzanas a la redonda) hay delivery diario con carta especial.

A la sombra del Tilo, un lugar simple y necesario en la dinámica intensa de un barrio siempre en movimiento.

Tilo
Soldado de la Independencia 1009 (esquina Gorostiaga)
Tel.: 4779-0033 / 4777-9324
www.tilocafe.com.ar
Abierto todos los días de 8 al cierre. En invierno cierra domingos y lunes por la noche.

Nota publicada el 13/7/2010 POR Martín Auzmendi

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